Mis pesadillas eran sobre perderte, alejarme y olvidarte, lo más irónico es que ni un sueño se me ha cumplido, pero esta rara pesadilla se ha tornado en mi realidad. Una lágrima desperdiciada, una fantasía añorada, un momento de dolor. Quien pudiera asegurarme que lo estoy viviendo no es mi infierno, le daría lo más preciado de mi ser; le daría mi corazón y me alejaría de ti sin darte una sola razón. Fue tan complejo tratar de entender que para muchas personas no fui más que un óbice que vencer. Es lo que he sido, es lo que siempre fui, un obstáculo para aquellas que siempre quisieron llegar hasta ti. Estoy ahí para ti, pero no me perteneces… …No me pertenece ni el cabello despeinado, ni las suaves manos que tornan poesía lo que tocan. No me pertenece la sonrisa desganada sin ánimos de afanar, no me pertenece ni el pensamiento mañanero que dedicas en un texto a una completa desconocida, quien sé que por ti no daría la vida.