No hay futuro visible cuando todo tiene color a montaña quemada [y ya no estamos en la edad de esperar retoños; [por nuestros hijos mantenemos el paso, [seguimos caminando, cumpliendo la misión en la vida, [esta vida que pocas veces nos ha dado miel, [está vida vivida a sol y tormenta. [La injusticia nos rompe el espíritu, [somos milpa quebrada; [no obstante, deseamos con todas las fuerzas del alma [que nuestro hijos tengan un camino mejor [que no se les desmorone el ánimo como a nosotros, [que ellos puedan beber el descanso al final del día [y encontrar un buen pan en la mesa. [Este es nuestro deseo fundamental: [que a nuestros hijos no los quiebre la injusticia, [que ellos, todos los días de su vida, [caminen con esperanza.