Laboratorio #13

May 31st, 2016, 3am

It was 12°C with broken clouds. The breeze was gentle.

La primera vez que fui a Buenos Aires, Ari hizo todo lo posible por contarme las historias de la ciudad, aunque no era de ahí. —Mirá, aún están las marcas del bombardeo en las paredes —me dice en Plaza de Mayo, mucho más sorprendida que yo. Y entonces me acuerdo de alguien. Me acuerdo de su forma anecdótica de contar historias patrias. Hemos sido amigos durante… qué ¿15 años? En la universidad me gustaba y sentí era mutuo; pero no era tan cercano como otros, y de todas formas yo ya tenía un amor (con r y sin r), nada que hacer. Y ahí estaba yo, sorprendida por lo mucho que me hubiera gustado que él caminara conmigo Buenos Aires y me contara lo que Ari no sabía. Así que cuando volví a mi ciudad, luego de un pensé que te me ibas a quedar por allá lejos y las respectivas confesiones, fuimos a teatro a cine a escuchar tangos a cantar plancha a emborracharnos una y otra vez a pretender que recuperábamos algo del tiempo perdido. Con el paso de los meses quedamos flotando en el limbo, intermitentes, jugando a dejarnos coger pero no dejarnos atrapar.

La última vez que fui a Baires encontré una cajita de música y la compré para regalársela; pero como me encariñé con ella no le dije nada y me la quedé. Cuando él estuvo en Florida me envió una postal. La semana pasada me di cuenta de que la letra de la postal no es suya sino de su hermano. Así las cosas.

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L de Ligeia

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