Creo que a nadie le interesan los sueños ajenos, excepto cuando la narración empieza con un “soñé contigo”.

February 15th, 2014, 2pm

It was 21°C with scattered clouds. There was moderate breeze.

Tengo un par de cuadernos donde escribo lo que sueño. En el 2006 incluso tuve un blog donde los publicaba; pero cuando se hizo más fácil ser rastreado en internet lo configuré como privado y me olvidé de él. Además, creo que a nadie le interesan los sueños ajenos, excepto cuando la narración empieza con un “soñé contigo”.

“Mi sicólogo quiere conocerte”, me dijo Andrés. Esa tarde entré y hablé con un señor que me había visto hasta ese instante a través de los ojos de alguien más. Hablamos de señales y de cómo a veces éramos capaces de presentir y de profetizar. Él me contó que dos meses antes de su divorcio su argolla de matrimonio se puso negra y se quebró . Yo le conté del reloj que una noche se desprende de mi muñeca cuando estiro la mano para agarrar un vaso en una mesa, justo en el momento en el que alguien toma la decisión de dejarme. También le conté algunos de mis sueños premonitorios. “Me encanta como sueñas”, dijo el sicólogo de Andrés y me pidió que escribiera mis sueños y se los enviara al correo electrónico. Nunca le envié nada pero la idea de llevar un diario onírico me gustó, así que empecé a escribir cada mañana cualquier cosa que hubiera acabado de soñar. Al principio sólo narraba el sueño, luego empecé a añadir notas al pie: pensamientos o sensaciones residuales que me hubieran quedado al despertar.

Después de rechazarle algunas invitaciones a tomar café, el sicólogo se desvaneció. Cuando mi matrimonio con Juan volvió a la normalidad, Andrés también se desvaneció. Algunos años más tarde se desvanecería Juan. He seguido conociendo otras personas que, tarde o temprano, igual se desvanecen. Sólo siguen constantes los sueños. Y yo, inconstante, sigo intentando sujetar la narrativa de mi subconsciente en un cuaderno.

“We are, as a species, addicted to story. Even when the body goes to sleep, the mind stays up all night, telling itself stories.” — Jonathan Gottschall, The Storytelling Animal: How Stories Make Us Human


David Wade and Sergio said thanks.

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L de Ligeia

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