Aquí, en estas montañas, llevamos nuestra suerte [sin remordimiento y sin desgano, [trabajamos día a día [contemplando los árboles, la piedras [los arroyos, las vertientes; [todo lo verde que la naturaleza nos da: [ésa es nuestra fortuna. [Ojalá viviéramos en un lugar secreto [con toda nuestra miseria y nuestra fe, [con toda nuestra esperanza y desesperanza [amparados y juzgados solamente por nuestra propia ley.