Y a pesar de todo, aun con el incesante goteo del tiempo, sigues allí. Cada estación. Cada lustro. Cada siglo recordando la eternidad.
En los albores del día, cuando las ideas aun no se han decidido por ser reales o no, la naturaleza se ha permitido ser.
Recientes frescuras, olvidadas hojas caídas¿dónde quedó, pues,la incierta sensación de que el frío podría con todo?¿De dónde salieron y a dónde fueron bastardas esas ideas?
Me miraban inquietos años de cultura e historia. No tenía nada que decir. Y si lo hubiera tenido, mejor callar y ser parte de esa historia.
El futuro espera, resabiado, tus esperanzas y sueños. Sabe lo que va a suceder. Pero no te lo dirá. Porque su poder radica en que las tengas.
Puertas que son bocas abiertas al nuevo mundo. Iluminan senderos que antes fueron caminos tortuosos. Luceros de día, huidas de noche
No digas que se oculteNo digas que se detengaNo digas nadaNo lo eres para tamaño atardecerNo lo fuiste para serlo de alguien.
La bruma no era bruma, era una niebla mentirosa que quiso disfrazarse de no pasa nada. Pero no era así. Caía directa sobre las almas mojadas de pesadumbre y rutinas.